Técnicas de supervivencia. Angélica Gorodischer
Aquí hay cuentos de todos los tamaños, formas, colores, intenciones y calañas. Algunos son bastante ancianos, otros apenas adolescentes y quizás uno o dos ya adultos y encaminados en la vida. Suele pasar eso cuando hace muchos años que una viene escribiendo: se acumulan los cuentos en carpetas o en cajas o en cajones o tirados por cualquier parte, según las obsesiones y fobias de cada autora y/o autor, y en una de ésas llega la computadora y orgullosamente con los ojos puestos en el año dos mil una los pasa al disco rígido y a un diskette por si acaso, y tira los papelotes al cesto.
Entonces aparece la Secretaría de Cultura y propone una antología y una piensa ay Dios mío qué les doy pero si no tengo nada,y se sumerge en la pantalla y elige y descarta y vuelve a elegir y a descartar.
Como en algún momento hay que terminar y entregar el material, se decide una por dos, tres, seis, los que sean; los imprime, los acomoda, redacta el índice, lee el todo y se quiere morir. Piensa esta vez: aia esto es un rejunte. Y lo es, solo que no importa. Toda antología es un rejunte. Si anda rejuntando cuentos ajenos, pone los que más le gustan
Y si anda rejuntando los propios, también.
Solo le queda orar para quien lea también le gusten.
Rosario, mayo 1994. Angélica Gorodisher

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