Una privacidad abierta al mundo

julia enriquez

Por Juan Laxagueborde. Cada tanto un libro enseña. No baja línea, no propone un ojo rector de un estado ciudadano determinado, no se obsesiona con la lírica interna de egoísmos abúlicos. Enseña, predica con ejemplos en verso. Acá está, lleva un nombre activo: Ambulancia improvisada. En él se escribe esa cosa escupida de cierto despecho femenino, pero no contra los hombres: contra algo mayor, el mundo en sí mismo, que incluye a los machos, claro. Pero también se ejerce la facultad de sincerar cierto pulso materialista para encantar las cosas, darles vida mágica: “Le doy al interruptor de la luz con el pico de una jarra de jugo”. Y sobre todo es un libro que saca provecho de la soledad.

 

Fuente: Otra Parte semanal
Ver nota completa:
http://revistaotraparte.com/semanal/literatura-argentina/ambulancia-improvisada/